La influencia familiar y social en la construcción de la imagen personal en los niños y niñas
- sweetjulietetiquet
- 5 oct 2017
- 2 Min. de lectura

Cada ser humano tiene una imagen acerca de sí mismo, y una proyección frente al otro (esposo, esposa, papá,mamá, amigo, hermano, profesor, compañero, etc.), la cual le permite relacionarse con el entorno, a veces de forma positiva y otras de manera distorsionada. Los lazos familiares y sociales, las experiencias cotidianas, los valores, la enseñanza, entre otros, ayudan a construir esta auto-imagen.
Los padres somos como un espejo en el que los hijos y las hijas se ven reflejados, por lo tanto, nuestra forma de ser y de desenvolvernos en el mundo, afecta directamente en lo que nuestros pequeños harán y serán en un presente y futuro inmediato. La formación de la imagen personal se origina en gran medida en la imagen que los adultos significativos —padres, abuelos y profesores— . Las opiniones acerca de sus características y sus comportamientos, de sus éxitos o de sus fracasos y los métodos que utilizan para enseñarles, influyen en la imagen que el niño y niña se va forjando de sí mismo.
Los juicios y prejuicios con que los adultos se relacionan con el niño, pueden ser decisivos en sus conductas. Por ejemplo, cuando alguien trata de irresponsable a un niño(a), lo más probable es que reaccione como tal, en cambio si alguien piensa que es inteligente, posiblemente el niño ponga en marcha toda su energía y creatividad para confirmar este juicio.
Recordemos que los hábitos tienen poder, pero aún más las palabras, de ahí que sea indispensable que siempre utilicemos un lenguaje que construya seres humanos valiosos y fuertes. No encasillemos a nuestros hijos e hijas en situaciones que se pueden corregir con nuestro buen ejemplo o con el cambio de actitud.
Procedamos con rectitud y apliquemos las normas de buena convivencia y comportamiento, en todo momento, para que sea en este espejo en el que nuestro gran tesoro , pueda mirarse y proyectarse hacia su vida adulta.
¡Ánimo!, ser un buen ejemplo no siempre es sencillo, pero hoy podemos iniciar y hacer un examen de conciencia de todo lo que quisiéramos que sean nuestros hijos y nosotros no somos; nunca es tarde para cambiar esos malos hábitos y convertirlos en nuevos aprendizajes y herencias para los que más amamos.

Comments